¿Por qué escribir?

Llevo muchos años escribiendo de un modo u otro: desde mi diario, que actualizo casi cada semana, hasta textos técnicos relacionados con mi profesión como ingeniero informático y mi web técnica (www.rafablanes.com) pasando por relatos, novelas cortas y multitud de sesiones de escritura automática. Por no decir los cientos de correos de mayor o menor extensión que escribo a lo largo del mes.

Y eso es mucho escribir!

No es de extrañar entonces que pase parte de mi tiempo poniendo por escrito mensajes, ideas, tareas de coordinación, historias, etc. Imagino que le ocurrirá igual a muchísima gente.

Del mismo modo, me gusta leer sobre el mismo proceso de escritura así como guías de estilo, técnicas narrativas y de escritura creativa.

Escribir es terapéutico, es una actividad esencialmente creadora, puede ser un sencillo ejercicio de diversión y habrá quien utilice esta capacidad para ganarse la vida o convertir sus palabras en una fuente de ingresos.

Pero no hay duda: escribir una historia, en forma de relato o novela, es un trabajo duro de construcción, revisión y corrección.

Sin embargo, fue hace tan sólo unos años cuando descubrí una idea que me entusiasmó y con la que he estado trabajando todo este tiempo.

En el maravilloso libro de Natalie Goldberg, El Rayo y El Trueno, la autora comenta que para ella escribir es más una actitud ante la vida para descrubrir el alma de las cosas, y que leer es de algún modo entrar en la mente del escritor.

¿Qué mejor que escribir de forma estructurada y ordenada para saber qué pensamos sobre esto y aquéllo y al mismo tiempo compartirlo con los demás? Sí, puede ser una profesión o una actividad a la que dedicas parte de tu día a día, pero es más que eso, es indagar en ti mismo y descubrir lo que nunca pensabas hallar.

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